Aun cuando mis impulsos me
quieran guiar (jeremías 17:9) y quiera con la corriente ir (efesios 2:1y2) o gozarme en la mentira y
sobre ella construir. Queriendo yo rendirme a mí mismo, aceptando como justos
mis caminos, a derecha o a izquierda como me plazca andar, como justos mis
deseos, porque esta es mi necesidad y solo lo que yo quiero eso me satisfará
entonces ¿para qué esperar?, como justos mis pensamientos, porque elaboran
grandes historias donde soy ganador en esas discusiones mentales que el enojo
inicio, además de una y otras venganzas que se pueden realizar, hasta aquello que con
suavidad penetrante creo deleitoso, con destellos de romanticismo ¿acaso eso es
peligroso?.
Aun a pesar de todo esto, sigo
cayendo sin fuerzas a sus pies diciendo: -“sigue
peleando OH DIOS MÍO, la batalla que contra mí mismo tengo que pelear una y
otra vez y esto sin cesar.”
Él se acerca cubriéndome de amor
y me dice, hijo: -“Todas las cosas te
ayudan a bien (romanos 8:28), mi voluntad es buena agradable y perfecta (romanos
12:2), mis planes son para bien y no mal (jeremías 29:11) mi bendición no traerá
tristeza para ti, sino que serás enriquecido (proverbios 10:22).”
-Así Sea.
Y.V
19/05/2015
